Los espectáculos callejeros (así como el propio circo) han ido evolucionando con el tiempo con la finalidad de adaptarse a los nuevos tiempos sin dejar de sorprender a sus miles de espectadores. Hubo un tiempo, sin embargo, en el que la gente pagaba grandes sumas de dinero para pasarlo en grande viendo los espectáculos más grotescos, formados por individuos que se ganaban la vida mostrando sus deformidades y anomalías físicas a un público de lo más morboso que se divertía acudiendo a los llamados ‘freak shows’. Además de encontrar a estas personas con alteraciones físicas de todo tipo (muchas de las cuales morían muy jóvenes debido a estos problemas), estos espectáculos ofrecían diferentes shows protagonizado por animales entrenados (perros, leones, canguros…), muestras de misteriosa magia y escapismo o salas que funcionaban a modo de extraños museos.
A día de hoy este tipo de espectáculos serían totalmente impensables (al menos así sería en la sociedad occidental, pues en algunas partes del mundo siguen existiendo este tipo de shows). Sin embargo es difícil negar que históricamente este tipo de eventos es cuanto menos curioso…, a la vez que inquietante.
¿Puede el morbo ser más poderoso que la propia ética y moralidad humana? En este caso parece ser que sí, pues cada año millones de personas se desplazaban a estos famosos espectáculos de fenómenos sintiéndose atraídos por el morbo y buscando el entretenimiento y la diversión que los desafortunados personajes que formaban parte del elenco del show podían brindarles al mostrarles sus desgraciadas alteraciones.
Los inicios de estos espectáculos
Fue a finales del siglo XVIII cuando comenzaron a surgir, en Paris, este tipo de espectáculos. Otros países fueron modificando este tipo de eventos y ramificándolos, siendo así como nace durante la época victoriana los Freaks Shows, cuya atracción principal eran estas personas con enfermedades y rarezas biológicas que tanto atraían al público de todas las edades. Entre los impulsores de este tipo de eventos se encontraban Tom Norman y P.T Barnum, un productor de espectáculos cuya mala fama por sus muchos engaños sigue acompañando su nombre a día de hoy.
¿Quiénes lo conformaban?
Durante el auge de los freaks shows fueron muchos los integrantes que formaron parte de estas ferias. Algunos de ellos han pasado a la historia, como John Merrick, también conocido como el hombre elefante. Merrick padecía el terrible Síndrome de Proteus, y su historia fue conocida por todo el mundo cuando en 1980 David Lynch estrenó ‘El hombre elefante’, considerada a día de hoy como una de las mejores películas dramáticas de la historia del cine.
Entre otros de los integrantes podíamos encontrar a ‘Koo-koo, la mujer pájaro’, al actor deforme Schlitzie, a Josephine Clofulia (la mujer barbuda) o a Édouard Beaupré, un hombre que padeció gigantismo extremo y que murió de tuberculosis a la corta edad de 23 años en 1904.
La Parada de los Monstruos
Los ‘Freaks shows’ fueron aún más famosos cuando en el año 1932 el director de Drácula (Tod Browning) estrenó la película ‘Freaks’ (conocida en España como ‘La Parada de los Monstruos’). En ella somos testigos de cómo unos individuos deformes (artistas reales de espectáculos de fenómenos) viven su día a día, actuando en un circo ambulante.
La película causó un gran impacto en el público de la época, quién realmente no sabía si categorizar la cinta dentro del género dramático o en el de terror, pues sus protagonistas eran realmente inquietantes. Sin embargo, a medida que va avanzando la película nos damos cuenta de que, a pesar de sus deformidades y problemas físicos, muchos de estos personajes son más bondadosos y humanos que aquellos que carecen de estas malformaciones. Por lo tanto, la visión que ‘freaks’ nos da tanto de este tipo de espectáculos como de sus protagonistas es realmente interesante, sobre todo teniendo en cuenta la época en la que Tod Browning estrenó esta cinta, la cual se convirtió en todo un clásico que a día de hoy muchísimas personas siguen disfrutando.